Aquí tienen vuesarcedes a este escribidor, sentado ante el teclado de su ordenador, sin saber de qué les puedo hablar que les interese. Son tantos los temas que ofrece al respecto la actualidad… Pero, ¡qué sabe mi señoría de lo que a la mayoría le agradará que conversemos! Claro, como a vuesarcedes les acontece lo que a las criaturas recién nacidas, que no hablan … ¿No será que les han comido la lengua? Esto habría que decirle a mis lectores, porque si las cosas siguen estando como están, mi señoría les confiesa que así no hay manera de que los escribidores digamos ni pío, ni de que los políticos, nuestros apreciados políticos, arreglen este tinglado en que nos han metido. Y es que de siempre se ha dicho, oigan, que hablando se entiende la gente, pero como la clase política no parece saber que ellos, como todos (ah, sí, ´y todas´ que añadiría una socialista o un socialisto) han de hablar y han de entenderse, porque si no, no se va a lograr nada ni en la formación del gobierno, ni en tantas otras cuestiones. En esto supone mi señoría que estamos todos de acuerdo. Pues bien, a ver si así si acabamos de una vez por todas con situaciones como la actual, en la que el ejecutivo está en funciones… ¡Qué más quisiera el país, es decir, la nación española, que tanto mola…! Mientras quienes se vayan a ocupar tanto de nuestro gobierno como de la oposición a él, no se enteren de que ambos deben defender a su patria y a los ciudadanos que en ella vivimos; mientras eso no acontezca vamos de culo. Esos debían de ser los objetivos con los que los dos colectivos rojos y azules o azules y rojos, quisiesen conseguir para nosotros, los gobernados. No se dan cuenta los políticos dichosos de que eso es lo que todos los españoles deseamos y que han de entender tanto los que nos gobiernen como los que se opongan a nuestros gobernantes. Y una vez definido ese fin único de sus tareas -el mismo objetivo tanto para la derecha como para la izquierda, es decir, el bienestar de los españoles y la defensa de la patria-, que cada colectivo manifieste el modo en el que pretende conseguir esos fines, que ese será además la característica de cada partido: será la forma en que cada grupo o partido político aspire a conseguirlo. Y eso que ahora, tanto con lo de Marruecos como con lo de Libia, lo del futbol femenino, las danas, etc. hay tropecientos temas para dejar anonadados a los leedores.
Y simplemente, eso es todo. No hay más chinches que la manta llena.
Por lo tanto, que en lugar de perder el tiempo en dimes y diretes, cuando se reúnan tanto la alta cámara -Senado- como la baja -Parlamento-: cuando se reúnan, repito, que sea para hablar de cómo cree cada uno de los partidos que gobernando él -su partido- se van a conseguir los fines de la defensa de España y el bienestar de los que vivimos en ella. Con eso nos basta. Y no nos interesa demasiado que un prohombre del fútbol le dé un ´pico´ en la boca, no sé si con intercambio lingual incluido, a una jugadora del susodicho deporte, en el acto solemne de la celebración de un triunfo internacional; ni que el supremo reprenda de nuevo al ministro Marlaska por su inquina al coronel Pérez de los Cobos; ni que un miembro del PSOE, que fue Vicepresidente del primer Gobierno socialista, don Alfonso Guerra acuse a Sánchez, don Pedro de “desleal” ; ni que se autorice el uso de las lenguas catalana, vasca y gallega en el Parlamento; etc. Otra cosa sería eso que se dice ahora de que a un preboste catalán, al señor Junqueras en concreto, se le ha ocurrido decir que la amnistía de sus paisanos condenados por su golpe de estado, en su declaración de independencia de su región, ya está comprometida por don Pedro, como precio del voto catalán a su investidura, etc., etc. Déjense vuesarcedes de monsergas de otro tipo y, para ver el contraste de algo muy parecido a lo que a la sazón ocurre aquí comparen, por ejemplo, a un señor cuya mayoría absoluta se consigue comprando votos a partidos independentistas contra otro que los comprase sueltos. Ambos estarían fuera de la ley, pero a juicio de vuesarcedes, ¿cuál estaría más alejado de ella? Sí, en España, ahora parece que ocurre algo de este estilo: está por un lado al señor Feijóo que podía darle por comprar votos, a altos precios, a parlamentarios del partido socialista que estuviesen un poco hartos de sufrir el nuevo socialismo que dicen que es el que practica el señor Sánchez o, por ejemplo, a otros parlamentarios catalanes; o, verbi gracia, al PNV, siempre tan proclive a estos tratos, etc.: eso a Feijóo. Y a Pedro Sánchez por comprar los votos de partidos enemigos de España. En esta situación, ¿quién creen vuesarcedes que actúa mal, es decir, quién procede peor de los dos?
Así veo yo de confuso el momento actual de la política de nuestra nación. Confío en que vuesarcedes tengan una panorámica más grata que mi señoría. ¿O no?
21-09-2023.
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